Dr. Carlos Cenalmor, psiquiatra, sobre la crisis del apagón: “Una situación de este tipo pone en entredicho las mismas bases sobre las que se sustenta nuestra vida”

Si has vivido el apagón como una crisis, si sentiste el estrés por las nubes y te costó mantener la calma, tienes que leer esto. El doctor Carlos Cenalmor, psiquiatra, nos explica cómo mantener la calma ante crisis de estas dimensiones y qué podemos hacer para reaccionar con resiliencia

Celia Pérez
Celia Pérez León

Periodista especializada en lifestyle y cultura

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Fotografía cedida por Carlos Cenalmor

Muchos lo llaman ya “el gran apagón ibérico”. Nos pilló a todos desprevenidos, nos preguntábamos si era cosa de nuestro edificio, de nuestro barrio o nuestra ciudad, hasta que las noticias comenzaron a llegar y supimos que estábamos ante un apagón generalizado. Las horas de incertidumbre nos han dejado todo tipo de relatos de estrés, pánico, y también resiliencia. Parece que ya ha pasado lo peor, y toca rendir cuentas. ¿Hemos reaccionado como deberíamos?

El doctor Carlos Cenalmor, psiquiatra y experto en el manejo del estrés, nos explica en exclusiva cómo gestionar este tipo de crisis, cómo desarrollar la resiliencia para estar preparados ante futuros acontecimientos y cuáles son las claves para mantener la calma cuando nos aborda la incertidumbre.

Momentos de crisis

Cuando nos encontramos en casos de emergencia, ¿cómo podemos gestionar el estrés?

Está bastante descrito el fenómeno de que en situaciones de emergencia el estrés agudo nos puede jugar malas pasadas. Por un lado, el estrés ayuda a activarse y tomar decisiones con una rapidez y claridad mayor de lo normal. Pero en algunas personas este estrés no está bien gestionado y los lleva a tomar malas decisiones o a entrar en hiperactividad, lo cual las acaba agotando. Esto se vio mucho en la pandemia, que fue una época de elevadísimo estrés laboral para algunas personas que decidieron trabajar más horas que nunca en su vida como manera de distracción y para llenar el tiempo.

Por eso es importante en este tipo de situaciones tomar las decisiones necesarias, y luego entrar en modo de espera y descanso para ver cómo se van desarrollando los acontecimientos, y tener energía en caso de que haya que actuar más adelante.

¿Qué sucede en nuestro cuerpo en este tipo de situaciones? ¿Cómo podemos controlar la respuesta emocional?

Como decía antes, en momentos de crisis nuestro cuerpo libera hormonas y neurotransmisores del estrés para ayudarnos a superar esa situación.

Un buen protocolo sería hacerse esta pregunta: ¿Qué es lo que está a mi alcance en este momento para aumentar mi seguridad? De esta manera utilizamos ese estrés en favor de nuestra seguridad, y no en contra.

Por ejemplo, durante el apagón yo apagué mi teléfono móvil de trabajo para alargar la batería lo máximo posible y tener al menos un móvil disponible si la cosa se extendía más de lo esperado. También analicé rápidamente mi despensa para ver cuántos días podría aguantar si la luz seguía sin volver, y tomé decisiones rápidas sobre cómo iba a cocinar y a consumir los alimentos si la cosa se alargaba. Con estas decisiones tomadas ya me pude quedar tranquilo en las siguientes horas.

El miedo, un viejo amigo

¿Qué hace que sintamos tanto miedo ante este tipo de circunstancia?

Una situación de este tipo pone en entredicho las mismas bases sobre las que se sustenta nuestra vida. El orden que damos por sentado y que nos permite vivir tranquilos: que siempre que le demos al interruptor la luz se encenderá. Pero que varios países casi enteros puedan quedarse sin electricidad durante horas en un abrir y cerrar de ojos manda a nuestro cerebro una señal de que quizá no vivimos con la seguridad que nos pensamos. Y de nuevo esto genera una respuesta de estrés y miedo.

Por cierto, la mayoría de la gente tuvo conectividad de datos casi todo el rato con sus móviles. Si esto no hubiera sido así, y nos hubiéramos quedado aislados al 100% unos de otros, el impacto psicológico habría sido mucho más potente de lo que fue. Porque realmente somos mucho más dependientes de nuestros móviles que de la luz eléctrica a nivel psicológico (que no a nivel material, claro). Los móviles nos permiten estar en contacto unos con otros y son nuestra principal fuente de información hoy en día.

¿Qué impacto se espera que tenga el apagón en los próximos días sobre nuestra salud mental?

Creo que el impacto va a ser leve, en el sentido del estrés y del nerviosismo, porque ha sido demasiado corto. Pero sí que para algunas personas esto va a suponer un antes y un después en cuanto a la necesidad de sentirse más preparadas y seguras en casa para sobrevivir ante un evento de este tipo que se pueda alargar más en el tiempo.

¿Cómo podemos explicarle a los más pequeños lo que ha sucedido para ayudarles a gestionar sus propias emociones al respecto?

En este tipo de situaciones el mayor error que se comete con los niños suele ser no informarles de las cosas. Los niños son superperceptivos y se enteran absolutamente de todo, perciben muy bien el lenguaje emocional y no verbal de los adultos que tienen alrededor. Así que, aunque se les diga que no pasa nada, ellos saben perfectamente que pasa algo.

Si no se les explica, se lo inventarán y probablemente la historia sea mucho peor en su cabeza que la realidad. Por eso es importante hacerles parte de los procesos de decisión (aunque obviamente no decidan nada importante) y explicarles con palabras sencillas y tranquilizadoras lo que está sucediendo en cada momento.

Preparándonos para el futuro

¿Cómo podemos entrenar la resiliencia para reaccionar mejor en futuras crisis?

En mi opinión la única manera de trabajar la resiliencia es ponerla en práctica. Es decir, exponerse con cierta frecuencia a pequeños retos que nos hagan sentirnos un poco incómodos. Practicar algún deporte nuevo, iniciarse en una afición diferente, hablar con desconocidos... Todo eso moldea nuestro cerebro para enfrentarse a situaciones que no son las habituales y que nos hacen sentir que no tenemos el control del todo.

En mi caso, desde que practico escalada, alpinismo y otros deportes de montaña, he observado cómo soy capaz de tomar decisiones mucho más rápidas en momentos de incertidumbre, porque en esos deportes es habitual tener que hacerlo. De la misma manera cualquiera puede entrenar esa capacidad

Para acabar, ¿qué consejo darías a nuestros lectores para afrontar posibles futuras crisis?

La mejor manera de prepararse para una crisis es adelantarse a ella. Tanto materialmente como mentalmente. Es bueno hacerse de vez en cuando la pregunta de: ¿en que soy frágil en este momento?

Esta es una pregunta muy frecuente entre emprendedores que tienen su propio negocio (o debería serlo). Algo que está funcionando bien en un momento determinado no quiere decir que sea seguro, simplemente que en ese momento todas las piezas funcionan. Por ejemplo, una heladería puede funcionar bien simplemente porque es verano, pero no se puede esperar que eso se vaya a mantener durante el invierno. Tendrá que tomar decisiones para mantener el negocio de alguna manera en los meses más fríos con originalidad.

De la misma forma en el plano personal es bueno preguntarse si estamos preparados para este tipo de emergencias, saber qué sería lo más necesario que podemos tener en casa para estarlo, y a la vez, como decía antes, entrenar la propia resiliencia para estar más preparados a la hora de reaccionar en futuras crisis.