La felicidad y la constante búsqueda del bienestar vuelve a ser uno de los temas más recurrentes de la actualidad. ¿A quién no le preocupa su propio bienestar? Lo cierto es que ahora existe una tendencia más fuerte que nunca por solventar aquellos problemas que nos provocan desasosiego, estrés o ansiedad. La sobrecarga de trabajo, la falta de tiempo o las relaciones son tóxicas son algunos de los problemas más comunes que provocan infelicidad y atentan contra nuestra salud. Por este importante motivo, la psiquiatra y experta en emociones Marian Rojas Estapé ha compartido varios consejos para gozar de la mayor tranquilidad posible.
La importancia de los pequeños hábitos
La felicidad es uno de los deseos más comunes del momento y no por capricho. La ciencia ha demostrado que este ansiado estado de planitud es fundamental para el bienestar físico, mental y social. Aun así, es más costoso de lo que parece en muchos casos. Muchos se obsesionan con la riqueza material cuando la verdadera felicidad no reside en el contexto económico. Lo mismo ocurre en muchos casos con el trabajo ideal. La felicidad es mucho más que eso.
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"Nadie encuentra la verdadera felicidad en un reloj de cuatrocientos mil euros", es una de las frases más célebres del profesor de filosofía Rafael Narbona. El camino más acertado es distinto. La felicidad se construye en base a las experiencias y relaciones que nos acompañan en el día a día y los pequeños hábitos son un gran ejemplo de ello. "El bienestar no está solo en las grandes decisiones, sino también en los pequeños hábitos que repetimos cada día", asegura la conocida psiquiatra Marian Rojas Estapé en una de sus últimas publicaciones de redes sociales.
Junto a la obsesión por la riqueza material también existe una gran fijación por los cambios y la búsqueda de nuevas experiencias. Aunque es cierto que salir de la 'zona de confort' es beneficiosos, no es el único camino para alcanzar la felicidad. "A veces creemos que para sentirnos bien necesitamos un gran cambio, una transformación radical o una decisión definitiva, pero la verdadera transformación se gesta en lo cotidiano", asegura la experta en emociones que trabaja esta importante materia con sus pacientes.
Marian Rojas asegura que esta es una de las grandes claves para ser felices. "Se encuentra en los gestos mínimos que repetimos casi sin darnos cuenta", cuenta. Es decir, algo tan rutinario y simple como quedar con nuestros amigos, salir a hacer deporte con tranquilidad o tener tiempo para leer son actividades mucho más importantes de lo que creemos. "Trabajar en esos pequeños hábitos del día a día puede ayudarnos a cuidar nuestra mente, nuestro cuerpo y nuestro equilibrio emocional", añade Marian.
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La psiquiatra ha compartido algunos ejemplos clave que ella misma experimenta en primera persona para sentirse "mejor" con el objetivo de poder ayudar a sus más de cuatro millones de seguidores. "Dar un paseo al salir de la consulta hasta llegar a casa, cantar con mis hijos en el coche mientras los llevo a hacer alguna actividad, leer unas páginas de un buen libro antes de acostarme, escribir ideas para mi próximo libro u organizar la próxima excursión en familia con mi marido", enumera.
Su mensaje es claro. "No subestimes el poder de lo pequeño porque al repetirlo tu mente lo integra, tu cuerpo lo recuerda y tu bienestar lo agradece", subraya. Además, la experta no ha pasado por alto la importancia de cuidar de nuestras relaciones sociales, amorosas y afectivas para salvaguardar también nuestro propio bienestar.
Las relaciones como factor desencadenante para alcanzar la felicidad
"Algunas personas causan felicidad ahí donde caminan y otras la proporcionan cuando se van", es otra de las reflexiones que ha compartido la experta a través de sus redes sociales. Lo cierto es que la ciencia ha demostrado que la calidad de nuestras relaciones juega un papel clave sobre el bienestar personal. Por este importante motivo, es fundamental cuidar de ellas y rodearnos de personas 'vitamina' en lugar de individuos 'tóxicos'.
"A lo largo de la vida nos cruzamos con personas que nos suman, que nos inspiran y que nos impulsan a sacar nuestra mejor versión, pero también con otras que, poco a poco, nos apagan, nos desgastan y nos hacen dudar de nuestro propio valor", señala Marian. En este segundo caso, "aprender a dejar ir a quienes no nos hacen bien es un acto de madurez, de cuidado personal y de amor propio".
Es cierto que no es una tarea fácil, pero sí necesaria según la psiquiatra. "No siempre es fácil. A veces cuesta identificar ese malestar y aún más aceptar que viene precisamente de alguien cercano", cuenta. No obstante, no hay que confundir ciertas conductas. "Un comentario hiriente no convierte a una persona en dañina, pero hay que estar atentos. Las conductas repetitivas, el desprecio constante, el juicio o el control emocional sí lo hacen. La línea entre un roce puntual y una relación nociva puede ser muy fina", sentencia la experta.